Por tus senderos voy camino hacia la vida
incipiente y anhelante de caricias...
me detengo a contemplarte cada esquina
tan sensibles al placer de nuestro amor...
Hacia el cauce de tu boca llevo un beso
que se escurre por las líneas de tu cuerpo...
sin querer se oye un gemido en el silencio
que te pone como un loco de deseo...
El entorno de mi pecho está desnudo
mis pezones se acarician con los tuyos...
y despacito me conduzco apasionada
a las curvas de tu piel y de tu alma...
Me dirijo a tu costado como el fuego
y me bebo el movimiento tan pausado...
te distraes de repente con mis senos
y aprisionas mis sentidos con tus manos...
Mientras sigo delineando tu figura...
humedeces con tus dedos mis fisuras
y nos miramos con amor en un suspiro...
compartiendo la pasión de este delirio
Los gemidos se aceleran como ríos
cuando siento que te pierdes en mi nido...
el mástil de tu velero estando erecto
va rozándome la piel y todo el cuerpo...
Me fascina despertarte ese deseo
y recibo ese torrente como el fuego...
la cavidad que entre mis muslos te aprisiona
y tu puñal que me penetra y me apasiona...
Hago el amor entre tus brazos de amapola
y en el ritual no te desprendes de mi boca...
mientras gimes me sostienes como hiedra
y estando unidos te rodeo con mis piernas...
Te oigo gritar porque ya no te contienes
vas a explotar como un volcán que se estremece...
y la sensación que se me escapa de mi vientre
llega a la fuente que se confunde con tu semen...
Juntos los dos nos derramamos como el agua
entre la piel y en el amor que lleva el alma...
después de darnos la pasión desenfrenada
nos quedamos abrazados en la cama...
Y la luna se contenta con la vida
y en el silencio nos regala una caricia...
un beso más que en los labios nos invita
a compartir una cálida sonrisa...
Se despliega tanto amor en las miradas
y la noche nos invita a reposar...
que perfecto es el secreto de las almas
cuando se aman como las olas del mar...
Eileen Ovalle
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