A tu regreso… voy a trepar por los confines de tu cuerpo
hasta llegar a la cima sagrada de todos nuestros sentimientos
hasta que un beso toque con sus labios el velo de los cielos
y nuestras manos puedan confundirse con nuestra piel…
A tu llegada… voy a escurrirme como cascadas sobre tu cuello
besando a sorbos todo lo que encuentre en mi camino…
desde el dorado tono de ese pecho tan divino…
hasta la saliente eterna que he de beberme como al vino…
Voy a mirarte tanto… tanto… que mis ojos lloren como los ríos
de tanto adorarte… acaudalado y aferrado a mis sentidos…
recibiendo y entregando como locos atrevidos…
la intensa cabalgata donde emprenderemos el camino al infinito!
Eileen Ovalle
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