Ven amado mío…
déjame abrazarte para siempre
deja que mis ojos te contemplen
desde tu piel hasta el infinito…
Ven aquí despacito…
como si fueras la brisa de mis sueños
o el ímpetu incansable de los vientos
que se refugie amor entre mi pecho…
Ven a desquiciarte entre mis labios
aquellos que se abren como las amapolas
para beberte a solas y en silencio
los besos que destilan de tu cuerpo…
Y encuéntrame mojada y descubierta
como una primavera…
que envuelve como hiedra
la llama insolente de tu fuego…
Eileen Ovalle
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