Fuimos amantes…
de las horas… de la vida…
de las noches… de la brisa…
del ocaso y del amor…
Fuimos eternos…
al llegar las madrugas…
las que nacen en el alma…
las que brilla como el sol…
Nos saboreamos…
en los besos… y en los labios
en los cielos y en los brazos…
con la magia de los dos…
Y despertamos…
abrazados… y en silencio…
por las sendas de los cuerpos
que buscaban el calor…
Nos encontramos…
en la piel y en las miradas…
en las noches que no acaban…
en mi risa…. y en tu voz…
Porque nacimos…
destinados a este encuentro
entregados a los sueños…
de ser uno… siendo dos…
Eileen Ovalle
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